Sus manos escribiendo el poema

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entrar es fácil... salir es difícil

Allá, en la América del sur, lejos…
en medio del paisaje marino
con el muelle, los barcos, las gaviotas…
vive una niña.
CMR.

sus manos cual invierno alegre
se cargan de vocablos hermosos
que sorprenden el oído y el alma
siguiendo los ritmos inconclusos
en estas horas dichosas

presagios en noches de insomnio… que parecieran ser producto
de hábiles musas tejedoras de fantasías
pero que no son más que corteza y corazón
que arden en un remolino de crepitaciones sonoras
que le despiertan a una única alternativa
la de explotar contigo en eterno amanecer de vida

y tus labios llamándole con su nombre, una y otra vez…
y tus encendidos ojos mampuestos con fervor sobre su cuerpo desnudo
atisbando el momento preciso de cubrirle con tu piel de pies a cabeza…
dejando al descubierto su pasión de mujer enamorada
que desde adentro te hace estremecer y sonrojar

lúdica ansiedad que germina entre sus pechos y da a luz…
la imagen bien definida, la locución precisa,
la metáfora rugiente, la aguda palabra evocadora…
el adjetivo certero hecho guirnalda, luna…

círculos de amor alrededor de sus manos
como pulseras de querubines
collares de palabras engarzadas unas con otras…
rematados con sueños de vuelos lejanos

sus manos, escribiendo el poema
que le fue pedido, que te fue dado…

para cantar con sus labios apenas entreabiertos
teniendo su cuerpo entre tu cuerpo
en plenitud de dicción
en plenitud de susurro
en plenitud de abstracción
en plenitud de trance…

ahora su intrépida carne sobre tu trepidante piel
en una prolongada plenitud de éxtasis
y tus besos como garúa cayendo sobre sus senos
en incesante lluvia de ternura…
y sus musas escribiendo tu poema…

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