aunque supiera hasta que extremo

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entrar es fácil... salir es difícil

Disculpen amigas y amigos, si no les he dicho la palabra que esperaban o, sí no he sido estremecido por el mismo sismo que deseaban. perdón por ser el sarcófago que siempre han detestado, por no ser la bala qué se figuraban, por no ser el cazador cazado que ansiaban. por ser un ser incapturable (e incurable). perdón por escudriñar en sus corazones y descubrir lo que nunca sospecharon. por llevar al hombro las flechas que temían. por jactarme de ser el novio fantasma de sus sueños...

en verdad lo siento, siento ser
el fatal ilusionista de sus ensueños
el real, pero extraño amante a hurtadillas
siento embeberme de sus días de latigazos
de bocas sonrientes
de manos que mienten
ante saxofones de senos y sexos
con penetraciones
de fulgurante alevosía

por todo eso y mucho más
les ofrezco mil disculpas
y mil penitencias sin sentencias
(y aunque no crean que deba ser condenado)
es mi culposa responsabilidad
(aunque me besen, me abracen, me adoren
y me pidan autógrafos)

aunque supiera
hasta qué extremo... me amasen / lo siento,
lo siento por no estar ahí para reconfigurarme
para acompañarlos
y decirles que todo está en orden
(en cancha abierta)
inconmensurables muchachas
que recaen en remansos rasgados
mansos viejos purificados por los sucesos
mancebos con su largo alarido
de musculatura canosa y corazones dolidos

io les he visto preocuparse, pero tranquilos
saboreen el aire de la emancipación
que siempre hubo días más largos
veranos mas secos
canciones más tristes
inviernos que de punta a fin
fueron enteramente más solitarios
y más fríos

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