entrar es fácil... salir es difícil
…Imagino que te miro en la mira de una tangente, veo a la gente que te imagina deslizándote por una hipotenusa, con la sensación de que te inventas entre musas, o reconstruyendo versos que son pases de tangos... pinceles trotamundos con ideas propias, o palabras de pase que son una estafa con las que, "el nunca más", se suaviza en un elenco de vítores simulados.
Tus espejuelos no tienen visa, ni tarjeta de presentación, lentamente el lente te tacta, con su aluvión de ganas. gamas de gemas… la vida cada vez te asalta a un ritmo distinto. abadías de horrores se truecan en lamentos evaporados.
esdrújulas contentas quedan en cinta y sus acentos revientan en rimas edulcoradas, que son descoloridos matices, briosas oscuridades de tonos que se me figuran tronos, casi siempre como un crucigrama o un tablero de escaques blancos y negros, pulsiones premonitorias de la imaginación mía.
No quería huir sino revelar la falacia de sus bocas rezumando vocablos de atavíos exquisitos, evocadores de maléficos maleficios, arterias de lúcidas cascadas resplandeciendo entrelineas... un desfiladero de arrecifes de fe va trazando sus símbolos incandescentes, avocados a conjurar las putrefactas encíclicas de réquiem
La muerte vino a buscarme de nuevo y me preguntó, - ¿que, qué hago aquí? .Y a su pregunta respondí - que no estoy y que el que ve, no está vivo... que nada más estoy soñando -. A su esquelética sombra le daba la sensación de que la estaba estrangulando con los cordones de un enigma...
Versada en perversidades la filosa guadaña busco entre los versos la solución al acertijo pero solo encontró una vetusta mortaja astuta. Usada y rehusada a investir lo revestido en ardores amorosos. Me recuerda una cuerda atilintada, de la que guinda un sigiloso resistir a vernos en el averno.
Y ahora que no puedo rehusarme a escribir, su sentido sentir aparece. me delata su ofrenda de amor… con devoción me entrego a esa opción… adepto al verso y sus compases bélicos, por los ecos de su corazón, viviría sólo en la espina dorsal de una catacumba y un mar muerto navegable con un lápiz de punta fina y un cuaderno de notas…
y en efecto y por su afecto, heme aquí en el ojo de la actual vorágine, mutando de ángel a demonio y vice versa, cada vez mas indoblegable, más humana, con más sabor a luz de su perfil. Más simétrica con mis horizontes, con mis escenarios…
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