Suculentas e Inmortales mordidas

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...todo pareciera terminar antes de comenzar
el día, la tarde...
La noche es la única que no termina,
la única que me acompaña en mis pesadillas

hay una mujer que aparece en mis horas eternas, cada vez que la observo me llena el corazón con su sonriente mirada

cuando las puertas se cierran 
y un gemido profundo y largo 
hace estremecer los abismos 
poblados de fantasmas hambrientos

las luces se apagan y la luna se hunde en el horizonte

las lechuzas de lilith desde el árbol 
acechan a las criaturas de las sombras 
y cierran las tijeras de la parca, y yo siento 
la opresión de mi propia muerte encarnada en ella

un ulular rompe la quietud del aire y repentinamente muere y mi cripta se inunda de silencio

la tierra escucha el paso de las parcas que lentamente se alejan.

ella está sola 
y siento que llora 
en un apretada galaxia
vadeando su río de lágrimas 
en busca del ángulo del cielo que relampaguea
en un cuarto atestado de vacíos y silencios

un estremecimiento me atraviesa. siento temor por su vida, mi intuición de súcubo no me falla...

algo como un iceberg choca con ella y le rodea de gélidos soplos de polo a polo

yo la amo a morir y sin vacilar voy a la muerte por ella

cae mi corazón 
buscándola en un laberinto 
de túneles y escalofríos
hay un sótano que desconozco 
en cuya mirada ella vive

zarandeada por ríos torrentosos trata de dormir y finalmente se duerme. En tanto hay gente enterrada conmigo que han sobrellevado su tormento oyendo su voz lastimera que habla de suculentas e inmortales mordidas

adiestro mi deseo
a través del hervor imperceptible
de enigmas caminantes 
en mi silencio de partiuras infinitas

...tal vez sea su voz que gime en el vacío de mi escritura, como olas silentes de eternas marejadas de sufrimiento

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entrar es fácil... salir es difícil...

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